Cuando el material meteorizado de una roca no es transportado, se mezcla con la materia orgánica procedente de los seres vivos, con el agua de la hidrosfera y con el aire atmosférico que entra por sus poros, dando como resultado una formación superficial que denominamos suelo.
Factores que intervienen en la formación del suelo
Si dijimos que el suelo es consecuencia de la meteorización y que ésta depende básicamente del clima, será, pues, el clima el principal factor determinante de la formación del suelo. También influyen otra serie de factores que podemos resumir como:
El clima: la temperatura y la humedad favorecen las reacciones químicas y, por tanto, aceleran la meteorización. Dependiendo de cómo se den ambos factores, así se producirá el desarrollo del suelo. El clima es tan importante que, partiendo de una misma roca, en diferentes climas, se desarrollan suelos distintos.
El relieve: los relieves escarpados favorecen la erosión, dificultando, por tanto, la formación de suelos.
La topografía: con al altitud, varían las condiciones climáticas y, por tanto, el tipo de suelos. Es frecuente que, en zonas montañosas, se produzca una sucesión de suelos ("catenas edáficas") desde las zonas más bajas hasta las más altas.
Naturaleza de la roca madre: la composición original de la roca condicionará los componentes minerales del suelo.Los seres vivos: aceleran el proceso de formación del suelo (edafogénesis) y proporcionan la materia orgánica.
Tiempo: aunque desde el punto de vista geológico, la formación de un suelo es un proceso rápido, se necesitan del orden de 10.000 años, como término medio, para el desarrollo completo de una suelo.
Una vez que el suelo se ha formado, podemos distinguir 3 capas llamadas horizontes:
Factores que intervienen en la formación del suelo
Si dijimos que el suelo es consecuencia de la meteorización y que ésta depende básicamente del clima, será, pues, el clima el principal factor determinante de la formación del suelo. También influyen otra serie de factores que podemos resumir como:
El clima: la temperatura y la humedad favorecen las reacciones químicas y, por tanto, aceleran la meteorización. Dependiendo de cómo se den ambos factores, así se producirá el desarrollo del suelo. El clima es tan importante que, partiendo de una misma roca, en diferentes climas, se desarrollan suelos distintos.
El relieve: los relieves escarpados favorecen la erosión, dificultando, por tanto, la formación de suelos.
La topografía: con al altitud, varían las condiciones climáticas y, por tanto, el tipo de suelos. Es frecuente que, en zonas montañosas, se produzca una sucesión de suelos ("catenas edáficas") desde las zonas más bajas hasta las más altas.
Naturaleza de la roca madre: la composición original de la roca condicionará los componentes minerales del suelo.Los seres vivos: aceleran el proceso de formación del suelo (edafogénesis) y proporcionan la materia orgánica.
Tiempo: aunque desde el punto de vista geológico, la formación de un suelo es un proceso rápido, se necesitan del orden de 10.000 años, como término medio, para el desarrollo completo de una suelo.
Una vez que el suelo se ha formado, podemos distinguir 3 capas llamadas horizontes:
- El horizonte A: es la capa fértil del suelo, donde se encuentra el humus y crecen las plantas. Es la más superficial.
- El horizonte B: capa en la que se mezclan trozos de rocas con elementos procedentes del horizonte A. Es la capa intermedia.
- El horizonte C: es la capa más profunda del suelo, esta compuesta por la roca madre.
Y aquí un enlace de las MODIFICACIONES AMBIENTALES.